Auto-evaluación: ¿soy tan desagradable?

Hay días que me siento totalmente apartada por la gente. No sé, es una sensación: haces un comentario sobre algo de lo que se está hablando, y nadie parece oírlo; saludan o se despiden, y se olvidan de ti; van a tomar café, y a ti no te lo ofrecen... A veces, hasta recibes una contestación borde a algo que tú has dicho con toda normalidad.

Ante esto a veces me cabreo, pero la mayoría de las veces me pongo a pensar qué hay de malo en mí: soy callada, pero no tanto; tengo carácter, sí, pero no más que mucha otra gente; siempre trato de ser amable y educada, incluso cuando la otra persona se pone borde (hombre, hay casos que saco las uñas, claro, no soy una hermanita de la caridad...); trato de estar atenta a las necesidades de la gente de mi alrededor, incluso anticiparme a las mismas; cuando no sé hacer algo me esfuerzo en aprender y pregunto las cosas, no tengo miedo a mostrarme estúpida (aunque a veces me contengo, por miedo a la respuesta); si me equivoco, pido perdón; trato de ser proactiva en mi trabajo,... No sé, cuanto más lo pienso, menos lo entiendo. Es cierto que he pasado una mala racha (ansiedad y depresión) de la que estoy saliendo, y no sé si eso a la gente le asusta.

Me encantaría entrar en la mente de la gente para saber lo que realmente piensan de mí. A veces estoy tentada de preguntarlo, pero me contengo porque sé que puede ser aún peor que vivir en la ignorancia.

Bueno, y como todo no es negro o blanco, también hay que decir que siempre hay gente que te trata con normalidad y amabilidad (ni siquiera digo que tengamos que ser super-amigos), y te alegra un poco el día.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Primer pensamiento

Un rayo de sol... y cientos de nubarrones